Las enseñanzas continuas de mi abuela, la Oma, quien movía la aguja como una varita mágica enhebrada de cariño cosiendo con gran amor para toda la familia, despertaron mi pasión por la moda y fueron mi gran inspiración para la creación de Bellamore.
En mi Buenos Aires natal decidí seguir sus sabios consejos sobre aprender a coser y bordar, me anoté en la carrera Diseño de Indumentaria en la UBA y, en paralelo, empecé a estudiar modista de Alta Costura. Mi inmensa curiosidad por la práctica y el saber hacer me condujo por el camino de la experimentación y el aprendizaje, fui conociendo el uso de cada máquina y todos los detalles que forman parte del proceso creativo de un vestido.
Pasión, dedicación y el placer de ver mis trabajos terminados me motivaron a seguir adelante con la posibilidad de crear una marca propia, en la cual pueda plasmar la imaginación, el diseño y mis propios sueños.
Tiempo después me enamoré y me mudé a Rosario, una ciudad nueva y llena de interrogantes, pero lejos de asustarme empecé a ver cada desafío como una nueva oportunidad. Inquieta y entusiasta, presenté mi primera colección de indumentaria de diseño junto a un grupo creado para promover la actividad de jóvenes emprendedores, y desde ese momento los caminos se fueron abriendo.